El Chata de Vicálvaro
Eduardo García Ruiz Espejo. Vicálvaro (Madrid), (13 de septiembre de 1893‑13 de agosto de 1975).
Cantaor de excelsa técnica vocal, gusto, personalidad en la interpretación de los cantes.
Obtuvo varios premios en concursos de Madrid y alternó con El Chato de Las Ventas, Fosforito El Viejo y José Cepero en diversos espectáculos. Decidió no profesionalizarse debido a su holgada posición económica.
Entre sus actuaciones más significativas anotamos las siguientes: su triunfo en la Copa del Teatro Reina Victoria, en 1925, y su actuación, en el mismo año, en el Teatro Romea; sus actuaciones, en 1926, en el Kursaal Magdalena y Teatro Pavón; su participación en el concurso del Monumental Cinema, en 1927; nuevas actuaciones, en 1927, en los teatros madrileños Pavón, Avenida, La Latina; en 1928, en el Cine Pardiñas; y su intervención, en 1929, en el Teatro Pavón, interpretando La copla andaluza.
Se despidió de la afición madrileña, en 1955, en el Circo Price, formando parte del espectáculo de Pepe Marchena Pasan las coplas.
Grabó cinco discos y destacó muy especialmente por jaberas, sin desmerecer los otros estilos que dejó impresionados.
También fue un destacado intérprete de saetas, pero no las grabó para desgracia del buen aficionado al flamenco.

Eduardo García Ruiz
“El Chata de Vicálvaro”
Discografía
Guitarra: Ramón Montoya
- AE 2.378 BJ 1.520 Verdiales “Estando cogiendo piñas”
- AE 2.378 BJ 1.521 Malagueñas “Porque lloro como un niño”
- AE 2.393 BJ 1.522 Javeras del Negro “Llevé una noche una cruz”
- AE 2.393 BJ 1.523 Bulerías del Chata “Ya le picó el pajarito”
- AE 2.418 BJ 1.524 Farruca “La Virgen iba caminando”
- AE 2.418 BJ 1.525 Tarantas “Cariño le tengo yo”.
- AE 2.491 BJ 1.526 Cante de Levante “Amores no ha de buscar” (Taranta)
- AE 2.491 BJ 1.527 Soleares “Cuando más te voy mirando”
- AE 2.537 BJ 1.528 Peteneras “Yo no creo ni en mi mare” 262.867
- AE 2.537 BJ 1.529 Fandangos ” Me acuesto pensando” 262.868
Análisis estilístico
GRAMÓFONO
CON LA GUITARRA DE RAMÓN MONTOYA
AE 2.378 BJ 1.520 Verdiales “Estando cogiendo piñas”
(Es) tando cogiendo piñas Juan Breva
AE 2.378 BJ 1.521 Malagueñas “Porque lloro como un niño”
Y porque lloro como un niño (Fandangos) Málaga
AE 2.393 BJ 1.522 Javeras del Negro “Llevé una noche una cruz”
Llevé una noche una cruz
AE 2.393 BJ 1.523 Bulerías del Chata “Ya le picó el pajarito”
Ya le picó el pajarito (Pregón por alegrías) Bernardo el de los Lobitos
Mozas las del convento de Santa Clara (Alegrías)
Pluma de plata, pico de oro (Juguetillos)
Que dolor de mare mía (Bulerías)
Ay mamá, ay mamá (Bulerías)
¿??????????’’’’’ (Juguetillo festero)
AE 2.418 BJ 1.524 Farruca “La Virgen iba caminando”
La Virgen iba (caminando)
Arriba la lima
AE 2.418 BJ 1.525 Tarantas “Cariño le tengo yo”.
Cariño le tengo yo Marchena
AE 2.491 BJ 1.526 Cante de Levante “Amores no ha de buscar” (Taranta)
Amores nuevos a buscar El Pena
AE 2.491 BJ 1.527 Soleares “Cuando más te voy mirando”
Cuanto más te voy mirando Ramón Ollero
Te comparo con la Virgen Triana
AE 2.537 BJ 1.528 Peteneras “Yo no creo ni en mi mare” 262.867
Ya no creo ni en mi mare Niña de los Peines
De ti me acuerdo más veces Niña de los Peines
AE 2.537 BJ 1.529 Fandangos ” Me acuesto pensando” 262.868
Me despierto en ti pensando Rebollo
Ni a los hombres ni a las fieras Rebollo
Palos Grabados (A-Z)
No podemos considerar este cante como inédito en la discografía antigua, puesto que años atrás el gran cantaor y enciclopédico Bernardo el de los Lobitos lo dejó grabado a principios de los años 1920 con el acompañamiento de Ramón Montoya. El Chata de Vicálvaro hace gala de unas facultades y compás inusitado en sus coetáneos salvo en casos como Niño Medina, Manuel Vallejo, Niña de los Peines, El Gloria, Canalejas de Puerto Real, Luisa La Pompi y no muchos más, que son los que se prodigaron e hicieron de este estilo una verdadera obra de arte. Precisamente apreciamos algo de influencia en la Niña de los Peines muy especialmente en la culminación de la bulería con la letra clásica: “Ay, mamá, ay, mamá, cómo Periquito me quiere pegar” y su correspondiente juguetillo final.
El Chata de Vicálvaro nos demuestra que ningún estilo se le resistía, ni siquiera los propios de la época de la Edad de Oro del Flamenco o la mal llamada “Ópera Flamenca”, de la que el artista madrileño no mostraba especial simpatía, si nos ceñimos a su corta pero variadísima discografía. Por fandangos se apoya claramente en los aires de José Rebollo, pero imprimiendo de gran personalidad desde el principio hasta el final. Ya de por sí la salida por este estilo es cante grande. Digno de mención es la forma de interpretar el último verso de cada uno de las dos letras por fandangos, donde apoyándose en los aires de Manuel Vallejo imprime de una gran personalidad, dulzura, limpieza y capacidad de ejecución de extrema consideración.
Por este cante por farruca, podemos afirmar que tiene como referente único y exclusivo a la mismísima Niña de los Peines, no solamente en lo que se refiere a la letra “La Virgen iba caminando” sino también en las formas interpretativas de la genial y colosal figura femenina del cante flamenco, considerada por muchos como la más grande y la más completa cantaora de todos los tiempos. Una vez más El Chata nos muestra un dominio absoluto del diafragma, sumado de una velocidad endiablada de la voz.
Si por algo podemos destacar a El Chata de Vicálvaro es porque fue el único cantaor que grabó una javera conocida como la asignada de El Negro. Desconocemos cómo cantaría este misterioso cantaor, pero los aficionados somos afortunados de poder escuchar y disfrutar un estilo no apto para cualquier garganta, con unas modulaciones imposibles, con unas notas musicales nunca encontradas en ningún diapasón y con un final digno del mismísimo Manuel Vallejo, pero, insisto, jamás escuchado en ningún intérprete de la época antigua y moderna. Podría afirmar, con todo el convencimiento, que se trata de una de las obras maestras flamencas más espectacular y mejor ejecutada de todos los tiempos.
El Chata hace un guiño, tanto por malagueña como por verdiales, a un artista malagueño que fue todo un referente y revulsivo de los cantes malagueños. Nos referimos a Juan Breva. En la letra “Porque lloro como un niño” nos llama muchísimo la atención la capacidad pulmonar que atesora este artista para vincular el primer verso con el segundo, y cómo no, el final divulgado por Frasquito Yerbabuena y sus seguidores.
Una vez El Chata fija sus bases en la Niña de los Peines. Desde la salida hasta la subida final acompasada. Nos llama la atención la segunda letra que interpreta pues la consideramos inédita en las grabaciones flamencas de la época antigua “Me acuerdo de ti más veces” pues la primera “Niño, que en cueros y descalzo” es archiconocida por la afición.
Por soleares, El Chata nos demuestra un conocimiento de cante y del compás. No se centra en las escuelas de El Mellizo, Serneta o Joaquín el de la Paula; por el contrario, nos brinda la posibilidad de escucharlo por Onofre y Triana. Impresionantes y muy especialmente la primera de las letras “Contra más te estoy mirando” es interpretada con un tono altísimo, haciendo un recorrido por notas de lo más inaccesibles por altas como por bajas. Ojalá no se pierdan nunca en la memoria del aficionado.
Las soleares que debó grabadas son brillantes, valientes, sentidas y sobre todo interpretadas con un sentimiento digno de mención que el artista algecireño sabía imprimir en sus interpretaciones. Como sucedieron con gran parte de sus colegas de profesión de la época, se vale de la escuela de Enrique El Mellizo “Cómo le digo a este niño”, para rematar la soleá, por una parte, con el estilo propio de Alcalá de Guadaira que nos evoca a Joaquín el de la Paula “Que no me quieres pa ná” y a Paquirri “Grandes fatigas yo tengo”, con unos altos que no están a la alcance de cualquier garganta, por el tono y la precisión en la que culmina este cante por soleá.
Por este estilo, encontramos dos escuelas claramente diferenciadas: Por una parte, a nuestro juicio, el mejor de los grabados “Amores nuevos a buscar”, un estilo similar al que dejó grabado Sebastián El Pena o Pena Padre, pero una vez más con una fuerza, gusto, personalidad y ejecución digno de encomio.
Por otra parte, “Cariño le tengo yo”, tiene aires de El Niño de Marchena, pero desmejorando la versión del artista sevillano, especialmente en lo que se refiere a la culminación de la taranta.
Como comenté anteriormente, El Chata de Vicálvaro interpreta los estilos malagueños apoyado en la escuela de Juan Breva. En este caso, podríamos decir que a su vez bebe de la escuela de El Cojo de Málaga “Estando cortando piñas”, letra levemente alterada pues el artista malagueña cantaba “Estando cogiendo piñas”. Una vez más El Chata, sin respirar, vincula el segundo con el tercero y el cuarto con el quinto. Lo consideramos un maestro con una técnica vocal digna de mención. Un artista olvidado por la afición y poco o nada divulgado en los soportes modernos, pues solamente este artista su pudo adquirir con sus interpretaciones en soportes antiguos de discos de pizarra.
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Bibliografía

Investigaciones de Flamenco II
Biografías de Cantaores y Cantaoras.
Los Vedrines y la Ópera Flamenca
Luis Benito Corral